martes, 22 de enero de 2013

Algunos comentarios sobre el polémico artículo "Machismo Gafapasta" publicado recientemente en la revista Diagonal

Hacía tiempo que muchos de los seguidores de aquella música pop moderna y de exquisito paladar no se sentían tan afectados por una crítica a su incriticable conciencia política. Es lógico sentirse dolido pues el término machista es uno de los adjetivos con peor fama, sin embargo uno de los mas extendidos a lo largo de nuestra sociedad. 
Creo que las reacciones ante cualquier crítica de machismo casi siempre tienden a ser desproporcionadas y extravagantes, y casi nunca se pretende abordar el problema que se pretende poner en tela juicio sino que se acusa al que plantea el problema por su feminismo radical e irracional. 
Pero mas allá de mi reacción defensiva por mi condición de hombre y seguidor de la música independiente, me gustaría decir que el artículo tiene tantas inexactitudes, confusiones o generalizaciones como cualquier artículo periodístico no académico,  sin embargo creo que refleja la falta de conciencia crítica en una música que en su genealogía albergaba a grupos y movimientos musicales que habían destacado por su problematización de las cuestiones de género. 

Los referentes de lo que hoy llamamos indie tienen en su mayoría una conciencia política feminista. Grupos como Sonic Youth, movimientos como Riot Grrrls,  y sellos como Sarah Records,  se oponían al patriarcado y mostraban un rechazo y una crítica al machismo de la sociedad y del mundo de la música. 

Hoy en día la situación no es así, y el "indie" que conocemos en los grandes medios es uno de los "géneros" más  conservadores y complacientes en la mayoría de sus manifestaciones. 
Si una muestra de libertad de la mujer consiste en que las mujeres sean libres de mostrar su cuerpo y ocultar a las mujeres que tienen otro tipo de cosas que contar, estamos confundiendo libertad con dejar que mercado decida qué es lo que considera que tiene que ofrecer una mujer, un mercado que a su vez representa al patriarcado. 

Por eso es demagógico decir que si una mujer quiere mostrar su cuerpo, es porque está liberada y puede decidir. Una cosa es que a nivel individual sea así, pero si la única manera de hacerse un hueco en el mundo de la música es ése, hay un grave problema en el que las mujeres no pueden decidir. Otra de las falacias es la de que los hombres no están sometidos al patriarcado,  pero es que la reproducción de ese rol chulesco, violento y dominante es una condición en la que estamos entrenados desde pequeños para conseguir éxito social y económico, y es exigido y deseado también por la mayoría de mujeres. Lo cual condena al ostracismo a cualquiera que no se ajuste al rol que le ha tocado cumplir. 

Por eso, en la música cualquiera puede escribir sobre lo que sea, mostrar su cuerpo , puede detestar a una mujer (sí, aunque sea mujer), o a un hombre etc. Pero no querría llevar (como muchos) el tema del arte al terreno de la moral o a la absurda guerra de sexos.  Lo que se critica aquí  es que alejando la lupa tengamos un panorama en el que siempre se repiten las mismas constantes, con una formulación parecida a esta:  chica guapa extemadamente delgada "en ropa interior (o similares)", chico feo y tapado hasta el cuello frustrado porque la chica mona no le quiere y tiene ganas de vengarse. 

Hay gente que lo hace muy bien y soy capaz de disfrutar con estas temáticas en muchas ocasiones (además de que no tiene sentido juzgarlo moralmente). Aunque reconozco que lo de la chica mona me aburre demasiado y aunque debería abrirme un poco para ser mejor aceptado socialmente en mi familia-escuela-empresa-industriacultural-nación patriarcal, prefiero a las chicas que cuentan cosas raras y son extrañas. Sin embargo cada vez quedan menos en el mundo de la música, y menos en lo que un día fue llamado "indie".





No hay comentarios:

Publicar un comentario